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APRENDIZAJE: ZONA DE DESARROLLO PRÓXIMO


Me habéis preguntado últimamente sobre la desmotivación de vuestros pequeños, frente al desafío de los estudios. Hablaremos de la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP). Como todo modelo teórico, no podemos acercarnos a él como una verdad absoluta, sino como una forma de repensar aquello que deseamos mejorar, desde un marco razonablemente definido. 

La ZDP (Vygotsky 1896-1934), es una zona metafórica o unas limitaciones que podemos imaginar, donde el niño, (también los adultos), puede aprender. En esta zona el niño puede adquirir y desarrollar todas sus destrezas, conocimientos y conceptos. Pero es fundamental la participación guiada. Es decir, que un mentor/tutor/profesor le ayude a alcanzarlas. 

En todo momento hablamos de competencias cognitivas -desarrollo del pensamiento-, pero recordad que esta teoría se centra en esta circunstancias, pero en todo momento evolutivo del ser humano intervienen factores psicofisiológicos, genéticos, emocionales, etc. En esta ocasión nos centraremos en lo cognitivo (pensamiento).

El niño aprenderá de los miembros más hábiles, aquellas circunstancias que le son propicias para su buen desarrollo. Esto quiere decir, que sus padres deben ser esas personas hábiles en la enseñanza de valores y conductas de socialización, emocionales, de cuidado e higiene personal, etc. Pero también influyen otros miembros que tienen otras habilidades que el niño necesita aprehender (y aprender).

Hasta aquí podemos inducir que el aspecto social y cultural es fundamental. El niño está recibiendo de la sociedad y de su cultura toda una serie de aprendizajes, que él debe interiorizar como suyos. Al no hacerlo así, no estaría preparándose para desenvolverse en dicha cultura de forma correcta. Esto puede parecernos demasiado impositivo, pero es una realidad. Pongamos un ejemplo: si las personas en nuestras sociedades se dan los buenos días, buenas tardes y buenas noches cuando interaccionan socialmente. Además de pedirse las cosas por favor y dándose las gracias. Un niño que no aprenda a tener este tipo de conducta, se verá pronto enfrentado en un conflicto con el resto de personas con las que está socializando. Utilizo un ejemplo burdo, pero creo que puede hacernos ver la importancia de lo cultural y social en el desarrollo de un niño.


Pero la educación de un niño no tiene por qué ser colectiva, según esta teoría sociocultural, lo que si debe ser es individualizada (no es lo mismo que individualista). Cada niño tiene una necesidad, por lo tanto, cada uno de ellos debe recibir una educación a medida. En este punto es importante entender varios conceptos claves, que ya hemos mencionado, en parte;

1) Participación guiada: un tutor guía al niño en una determinado aprendizaje. Estos serían miembros hábiles (se les reconocería unas competencias necesarias para el niño). Es un facilitador de su aprendizaje. Que ayudará al niño a sentirse activo (debe evitar ser pasivo, ya que éste es una mal indicativo sobre su buen desarrollo), tampoco debe sentirse sobrepasado por las exigencias del aprendizaje, como veremos más adelante.

2) Andamiaje: debemos entender al niño como un ser que está en constante proceso. El cambio continuo, tras un desarrollo neuronal, físico, hormonal, psíquico, etc., es un hecho determinante en estas etapas evolutivas. Por este motivo, estos tutores/mentores/profesores deben aportar ideas, pistas, ejemplos, preguntas y toda suerte de herramientas que ayuden a enderezar el buen desarrollo cognitivo del niño.

3) Zona de Desarrollo Próximo: bajo esta zona imaginaria, se encuentra una primera zona en la que el niño despliega todo el conocimiento que tiene, siendo capaz y competente para solucionar los desafíos que se le presentan en su desarrollo. Más próximo a él se encuentra una zona en la que el niño se encuentra motivado y predispuesto a penetrar. Siempre y cuando la participación guiada y buen andamiaje les sean bien proporcionados. Mucho más alejado, en una zona posterior (en términos temporales e ideales de su aprendizaje), se encuentra aquella zona en la que el niño no tiene aún recursos para ser igual de competente. Todo necesita un proceso y su debido tiempo.
Figura 1: Extraído de Psicología del Desarrollo. Infancia y Adolescencia, (Berger, 2007)

Esta participación guiada transita desde el desempeño asistido hasta el logro independiente. Es muy importante tener esta idea clara en la mente de los adultos que rodean al niño. Porque tan perjudicial es no guiar, como lo es guiar cuando el niño necesita ser independiente en su tarea.

Algunos de vosotros tenéis niños que tienen más dificultad para aprender. Si el niño está sano, debemos preguntarnos qué le estamos exigiendo al niño. Probablemente, son nuestras exigencias y expectativas en los logros que debe alcanzar el pequeño, lo que está fuera de esta zona de desarrollo óptimo para sus capacidades. 

Dos son los enemigos que asechan a este proceso; uno es el aburrimiento y otro el fracaso. Si pretendemos que el niño no avance hacia una zona de desarrollo en el que pueda aprender y progresar en sus conocimientos, éste se aburrirá. Pero si le exigimos al niño que "salte" la ZDP y se sitúe en una zona que no le corresponde, lo frustraremos. 

La frustración y su conflictividad es necesaria para el desarrollo humano. Sin conflicto no hay ser humano, pero la medida en que la persona está en condiciones de solucionar esa frustración, será saludable, o no, para el niño.

No vivamos la vida de nadie, menos la de vuestro hijo, la única vida que tienes derecho a vivir es la tuya. Y mucho trabajo tienes por delante. Seamos unos guías inteligentes, desinteresados, cariñosos, atentos y justos. Para saber también delegar en el resto de actores sociales que ayudan al buen desarrollo de los niños. 

Todos los niños se dirigen hacia la propia autonomía e independencia personal. La economía, la sociedad, la propia política no se lo pone fácil. Intentemos nosotros sí ponerle fácil, en la medida de lo posible, el acceso a su sano y pleno desarrollo personal. 

Un saludo,


Bibliografía.

Berger, K. S., (2007). Psicología del Desarrollo. Infancia y Adolescencia. Editorial Médica Panamericana. Madrid. 

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