La psiconeuroinmunología nos muestra de una forma clara, como nuestra mente y nuestro cuerpo están conectados. Son una misma cosa. Aunque pensemos que funcionan de forma independiente, estamos equivocados. Somo mente y cuerpo a la vez. El uno, sin el otro, no tiene sentido, desde un punto de vista humano.
La psicología nos enseña a cómo mantener, en general, una vida más armónica emocionalmente. Muchas veces se pretende que la psicología tenga como máxima prioridad la modificación de conductas. Que es sin duda una de sus misiones, pero su misión fundamental es ayudar a mantener un equilibrio emocional en las personas. Según el estado de serenidad, que tiene como origen las relaciones afectivas, se fortalecerá o debilitará el sistema inmune. Es indudable, la evidencia científica lo demuestra así, que una persona deprimida, ansiosa, atemorizada, etc. hace dismunir las capacidad de defensa de su sistema inmune.
El sistema inmune es el encargado de mantener la homeostasis, -o armonía corporal- en nuestro cuerpo. Si este sistema falla, quedamos vulnerables al ataque de enemigos de nuestra salud. Estos enemigos aprovechan cualquier momento de debilidad inmunológica para hacerse fuerte en nuestro cuerpo.
Los linfocitos T citotóxicos forman parte de este sistema combatir células cancerosas es una de sus funciones.
Según Gillian Griffiths, Profesora y parte del equipo de investigación del Departamento de medicina de la Universidad de Cambridge; “las células Citotóxicas T son muy precisas y asesinos eficientes. Ellos pueden destruir las células infectadas o cancerígenas, sin destruir las células saludables alrededor de ellas” (traducción www.redacciónmedica.com).
Un saludo
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