La depresión es una
enfermedad. En el momento que la padecemos, lo fácil parece complicado, lo obvio parece poco evidente, tu vida parece la de otra persona. Tengamos cuidado, estemos atentos y atentas.
No es una depresión la
tristeza que nos produce la frustración, la pérdida, los
desencuentros sentimentales, etc., por lo tanto, tampoco son una
enfermedad.
Podemos tener muchos
tipos de enfermedades durante nuestra vida, vivirlos con normalidad y
con responsabilidad el tiempo en el que lo vivimos. Pero con la
depresión, en muchos casos, esto no ocurre. O bien no nos dirigimos
a un profesional sanitario para que nos ayude, o bien vamos y el
diagnóstico está desacertado. Lo primero ocurre porque no vemos las
consecuencias de la depresión, como podríamos ver las del
sarampión, la gripe o cualquier otra enfermedad. Cuando el trastorno
depresivo se apodera de nuestra vitalidad y de nuestras ganas de
vivir, todo lo que sucede a nuestro alrededor empieza a no ir bien.
En muchas ocasiones no sabemos porqué discutimos, o porqué estamos
tan tristes. Pensamos que la depresión es algo que no puede
ocurrirnos a nosotros. Lo segundo, es decir, que no nos diagnostiquen
correctamente la depresión, requiere una explicación.
La tristeza es el
principal síntoma del cuadro clínico por depresión (junto con el miedo), pero es cierto que la
tristeza puede ser producida por otras causas, además de convivir
con otro tipo de enfermedades. También es muy complejo el estado de
ánimo de una persona depresiva. Por lo tanto, debemos tener claro
que la tristeza prolongada durante 2 semanas consecutivas, en las que
nos sentimos deprimidos y sufrimos una pérdida de interés hacía
las actividades que siempre nos habían gustado. O no sentimos placer
sobre las cosas que antes sí nos la producía, es un motivo razonable para acudir al psicólogo.
Estas dos
circunstancias, no presupone que tenemos depresión, pero son dos
importantes síntomas de la misma. Otros síntomas, serían
enlentecimiento biológico (realizamos todo muy lento, con torpeza poco habitual en nosotros, etc.),
modificaciones inhabituales en el apetito o el sueño, peso,
sentimientos de inutilidad o de culpa, problemas de concentración,
memoria, o toma de decisiones. En los casos más graves, ideas
recurrentes de muerte o suicidio. El mejor conocedor de vuestra salud, sois vosotros mismos. Sabéis que es normal en vosotros, y que no lo es. No dudar en cuidar vuestra salud mental.
Hablaremos más adelante
de otras circunstancias y trastornos que nos llevan a la depresión.
También hablaremos de la psicofarmacología y la psicoterapia que
existen para poder tratarlos. Dependiendo de la gravedad de los
síntomas, será necesario, o no, tomar medicación. Pero, considero
que lo mejor que podemos hacer es prevenirla.
Hablaremos también, en
otras entradas, de opciones sencillas para la prevención, para evitar
sufrir esta patológica. Os indicaré, en este momento, dos de ellas que no
son complicadas de poner en marcha. Por un lado recomendaría hacer
algún tipo de actividad física, a poder ser acompañado. No tiene
que ser salir a correr o competir (aunque es igual de válido), sería perfecto salir a andar por algún lugar agradable, con alguien que sea importante para nosotros.
Esto tiene muchas consecuencias positivas; compartimos nuestro tiempo, mutuamente, con alguien que nos importa. Además paseando se consigue que
estemos descargando la tensión emocional y física, oxigenando
nuestro cuerpo (por supuesto nuestro cerebro), conversamos con
alguien que nos escucha, además de sentirnos parte importante para
la vida de esta persona, entre otras circunstancias beneficiosas para la salud.
La otra opción,
totalmente compatible con la realización de casi cualquier
actividad, sería el Mindfulness. Está en el candelero. Existe mucho ruido mediático con este tipo de práctica y creo que
se merece una entrada especial (si no varias). La próxima os prometo que versará sobre el Mindfulness.
Os adelanto que la atención plena, como también se le conoce, no es
otra cosa que estar atentos a lo que hacemos, aceptar lo que está
ocurriendo tal y como se nos presenta en la realidad. Momento a momento. Esto no significa que no hagamos por mejorarlo,
pero primero debemos captar de la realidad lo que ocurre, con todos
los matices posibles. Para luego ponernos en marcha para
solucionarlos, mejorarlos, o no volver a preocuparnos por ello.
Un saludo.
P. D. Datos
y cifras1
- La depresión es un trastorno mental frecuente. Se calcula que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo.
- La depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad.
- La depresión afecta más a la mujer que al hombre.
- En el peor de los casos, la depresión puede llevar al suicidio.
- Hay tratamientos eficaces para la depresión.
Notas.
1-. Organización Mundial de la Salud.
Obtenido de: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs369/es/
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